CÓMO INICIÉ EL YOGA EN MI VIDA

Estaba haciendo memoria de cuándo fue que di mi primera clase de Yoga. Fue hace unos diecisiete años, estaba saliendo con la que luego fue una de mis novias.

Ella era aficionada a la práctica del Yoga. Yo, con una timidez que me ha caracterizado desde niño, trataba de ver cómo la enamoraba, y una manera era con el Yoga.

Debo confesar que al recordar ese episodio me da una cierta nostalgia. En ese proceso de enamorarla (que logré hacerlo), una de mis tácticas y como una de mis tácticas íbamos los domingos al Parque La Isla para hacer Yoga, ella y yo solamente. Fue mi primera alumna.

Aprendiendo sobre la marcha cómo dar una clase de Yoga

Para ese entonces no sabía tanto de cómo estructurar una clase. Había hecho algunas prácticas de Yoga, y también estaba haciendo danza contemporánea. Mis nociones de una clase de Yoga eran, a decir verdad, muy pocos. Podía defenderme con algunos estiramientos que hacía en danza o en teatro.

De una manera sorpresiva para mí, mi táctica iba funcionando. Lento pero progresivo, no era nada experto en el arte de la seducción o el flirteo, pero poco a poco, gracias al Yoga, y a otros factores, desde luego, logré enamorarla.

Qué me iba a imaginar en ese tiempo, en el que mi intención era enamorar a esta chica, que unos años después iba a dedicarme por completo al Yoga. En aquel entonces mi visión era muy distinta, estaba más enfocado en el arte, el teatro, la literatura… Creía, ingenuamente, que podía vivir de ese modo, pero no, la vida se encargó de hacerme ver la realidad de manera muy dura. Y luego de muchos tumbos tomé el Yoga como la base de mi vida.

Ahora que lo pienso, no sé qué pensaría ella ahora si supiera de lo que hago ahora, seguramente se sorprendería mucho que esté tan dedicado al Yoga.

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